CROMADO DE METALES
EL CROMO
El cromo es un metal gris acerado y brillante (más azulado y reflectante que el níquel), duro y con un gran poder anticorrosivo, características que hacen de él una muy buena elección para el tratamiento de piezas que vayan a sufrir una fricción o roce constante.
Proceso de cromado de piezas metálicas
De forma muy resumida, el proceso de cromado consiste en la aplicación mediante electrólisis de una capa de cromo sobre la superficie de un objeto previamente niquelado o cobreado.
A diferencia de lo que sucede con otros metales más blandos y porosos, una capa de 0.3 a 0.5 micras de cromo puede ser suficiente para proteger piezas que van a estar expuestas a ambientes exteriores y húmedos, especialmente en el ámbito industrial.
También se emplea para restaurar objetos metálicos y para mejorar el aspecto final de las piezas, de hecho, para muchos es el recubrimiento decorativo por excelencia.
Cabe señalar que las dos terceras partes del proceso de cromado coinciden con el de niquelado. Solo debemos añadir algunos pasos más.
El cromado de piezas se realiza fundamentalmente como acabado final
Se puede cromar cualquier material metálico, si bien, los más comunes son el acero, el latón y el zamak
PASOS PARA CROMAR METALES
01 BAÑO DE NÍQUEL O COBRE
Com paso previo a iniciar el proceso de cromado, las piezas han de ser sometidas a un baño de níquel o de cobre, metales que les confieren una mayor protección frente a agentes externos.
02 CROMADO
La técnica de cromado de metales que desarrollamos en Forcán es la conocida como cromado electrolítico.
Al igual que en el resto de recubrimientos por electrólisis, esta modalidad de cromado se efectúa a partir de los siguientes elementos:
Un generador de corriente eléctrica, que transforma la corriente alterna (CA) en corriente continua (CC).
Una solución líquida a alta temperatura (electrolito), en este caso compuesta principalmente por ácido crómico, una pequeña cantidad de ácido sulfúrico y otros catalizadores específicos.
El ánodo o electrodo positivo: un elemento de plomo conectado al terminal positivo del generador de corriente eléctrica.
Los cátodos o electrodo negativo: las piezas que vamos a cromar, colocadas en un bastidor conectado al terminal negativo del generador.
Tanto el electrodo positivo (la placa de plomo) como los negativos (los objetos a cromar) están sumergidos en el electrolito, formando un circuito eléctrico cerrado de corriente continua.
Cuando el generador empieza a funcionar, se inicia una reacción de oxidación en el ánodo de plomo, constituyéndose una capa de óxido que conduce la corriente eléctrica hacia el electrolito.
Desde ahí, la corriente se desplaza hasta las piezas a cromar, arrastrando consigo los iones de cromo que contiene la solución líquida, los cuales acaban depositándose en forma de cromo metálico sobre la superficie de los objetos.
A diferencia de lo que ocurre en otros recubrimientos electrolíticos, como los baños de níquel o de cobre, el cromo que se deposita en las piezas no procede del ánodo, sino del ácido crómico que forma parte del electrolito. De este modo, conforme pasan los minutos y el cromo se va depositando sobre los objetos, la concentración de este metal en la disolución va disminuyendo. Para evitarlo, se deben ir añadiendo manualmente nuevas cantidades de ácido crómico.
03 ENJUAGUE FINAL
Por último, una vez retiradas del baño, las piezas se lavan para eliminar cualquier posible resto de la solución líquida.
Las medidas de nuestros baños de cromo son de 3.000 x 800 x 1.500 milímetros.
TIPOS DE CROMADO
CROMADO DURO
- Se aplica en componentes industriales que suelen soportar impactos, rozamientos o altas temperaturas
- Algunos ejemplos: pistones, válvulas, cilindros hidráulicos, cigüeñales, cojinetes, etc.
- Después del cromo duro es común aplicar un rectificado final de la superficie.
CROMADO DECORATIVO
- Este tipo de cromado crea un acabado final blanco azulado y resistente al deslucimiento.
- Se puede aplicar tanto en productos domésticos como industriales. Algunos ejemplos: accesorios de baño, tiradores, pomos o piezas de automóvil.

Acabados en cromo
Existen tres tipos de acabado en cromo: brillante, mate o satinado.
El cromado satinado es la opción más novedosa y original. Se demanda mucho en el sector de la decoración, sobre todo en productos de iluminación y muebles metálicos.
El cromado mate se utiliza mucho en el sector decorativo y en el del papel y plástico para el grabado de material laminado.
El cromado brillante es muy frecuente en objetos de equipamientos comerciales y también en la hostelería (por ejemplo, en los grifos de cerveza). En el sector industrial, uno de sus usos más comunes es el recubrimiento de válvulas.
¿CUÁNDO RESULTA ADECUADO EL CROMADO DE PIEZAS?
La principal desventaja del cromo es su escasa capacidad de penetración en objetos con agujeros y rincones. Consecuencia de ello, en este tipo de piezas pueden quedar restos amarillentos alrededor de las zonas más complicadas y con recovecos.
Por este motivo, cuando el aspecto visual de las piezas resulta muy importante, es recomendable sustituir el acabado de cromo por el de otro metal, por ejemplo, níquel, ya sea con un mayor espesor de lo habitual o precedido de una base de cobre que aumente su protección.
Si lo que prima es la protección de la pieza por encima de su aspecto
Si el aspecto final del objeto es muy relevante

ACONDICIONADOS PREVIOS

COBREADO

NIQUELADO
O bien,

ACONDICIONADOS PREVIOS

NIQUELADO CON MAYOR ESPESOR DE LO HABITUAL
MANTENIMIENTO DEL BAÑO DE CROMO
El baño de cromo se controla mediante el mantenimiento interno y la subcontratación de diferentes analíticas. La combinación de estas dos vías nos permite ajustar todos los parámetros y componentes que forman esta solución líquida, asegurando su óptimo rendimiento.