BARNIZADO DE METALES

Protección extra que no modifica el aspecto de las piezas


A veces el recubrimiento metálico de las piezas no resulta suficiente para protegerlas de los efectos derivados de su exposición al ambiente, con el consiguiente riesgo que ello conlleva de una posible oxidación.

Un método muy eficaz para evitar el envejecimiento y la corrosión de los objetos sometidos a nuestros tratamientos metálicos consiste en realizar un barnizado posterior, con el que se genera una película transparente que evita la corrosión de la superficie.

Siempre barnizamos con laca transparente

La laca transparente se aplica mediante un proceso electrostático.

Sus ventajas son claras: protege tus piezas sin que pierdan la belleza de su recubrimiento metálico.

¿Cuándo necesitas barnizar tus piezas?


Cuando el tratamiento metálico no protege lo suficiente, las piezas necesitan de un acondicionado posterior que haga esa función, al tiempo que mantenga el aspecto que han adquirido con el recubrimiento que le hemos dado.

En concreto, en Forcán aplicamos la técnica del barnizado en los siguientes casos:

Después de los baños de:

Después del Pulido de piezas,

Cuando el pulido no va seguido de ningún baño de metal

Así funciona el proceso de barnizado


Requisito previo: Limpieza de las piezas

Un requisito indispensable antes de iniciar el barnizado es que las piezas se encuentren completamente limpias.

Si en la superficie existiera algún residuo graso, pasta o cualquier otro tipo de suciedad, el barniz no se adheriría bien a ella y la laca quedaría mal distribuida.

BARNIZADO ELECTROSTÁTICO

En primer lugar, se cuelgan las piezas de unos bastidores que están conectados a una barra donde hay un paso de corriente. Gracias a esta corriente la superficie de los objetos queda eléctricamente cargada, condición que permite que el barniz se reparta de forma uniforme por todas las piezas.

Se rocía con una pistola la laca sobre las piezas

El barniz sale de la pistola con una carga eléctrica, que tiene que ser contraria a la de la pieza que se quiere barnizar. De esta forma, se crea un campo magnético que hace que los dos elementos con distintas cargas (barniz y pieza metáliza) se atraigan.

Este sistema es idóneo para optimizar el desperdicio de barniz, y es la mejor manera de aplicarlo en objetos con formas difíciles.

Los bastidores de los que cuelgan las piezas a barnizar se limpian continuamente. De lo contrario, los restos de barniz que se acumulan en sus puntas pueden hacer fallar el contacto entre la pieza y el gancho, restando eficacia al barnizado.

Secado del barniz

Después de la aplicación del barniz sobre la pieza de metal se procede a su secado en un horno a 180ºC. Este secado asegura una dureza que fácilmente supera las 300 horas dentro de una cámara de niebla salina.

Las cámaras de niebla salina son unos habitáculos donde se realizan pruebas de corrosión. En ellas tenemos un equipo de laboratorio que permite reproducir ciertas condiciones ambientales corrosivas.

Para que el proceso se desarrolle a la perfección llevamos un mantenimiento continuo con hojas de control de la cabina de barnizado, el horno de secado y la pistola barnizadora. 

Barnizado de metales. limpieza de superficies de metal

01

Se limpian las piezas

Barnizado de metales. bastidores para barnizado de piezas metalicas

02

se cuelgan en unos bastidores

Barnizado de metales. pistola de barnizado de metales

03

Se rocía barniz sobre ellas

Barnizado de metales. horno para secar piezas barnizadas

04

Se seca el barniz a 180 grados

¿Quieres más información sobre nuestro proceso de barnizado?